viernes, 29 de enero de 2010

El país donde conocí a Maialen

The party is over.
4:29 de la mañana y acabo de despedir a la que ha sido mi hermana en Linköping. Mañana vuelve a casa esa que me ha acompañado durante estos meses desde la puerta de enfrente. Miro atrás y por una parte aquel 20 de agosto resulta lejano, cuando llegué con mis maletas y la encontré al otro lado del pasillo, pero si pienso que ya han pasado 5 meses, no me lo creo.
El tiempo pasa volando y parece mentira todo lo que hemos vivido en todo este tiempo aquí. Maialen ha estado a mi lado en esas mañanas de resaca mientras comentábamos todo lo que había pasado algunas horas antes o en esas comidas de día cualquiera que acababan con siesta, cada uno en un sofá, hasta bien entrada la tarde. Muchísimas cenas todos juntos en cualquier corridor, hablando de tonterías y riéndonos del mundo, o sobre todo, de nosotros mismos... Todas estas cosas crean una vida, a la que uno se acostumbra y llega a pensar, aunque sea desde el subconsciente, que siempre será así. Pero no, un mal día ves como tu vecina de enfrente hace la maleta, y simplemente, se va.
Maialen no ha pasado precisamente sin hacer ruido por aquí. A todos nos ha marcado y nos ha hecho pensar. Para muchos de nosotros ha sido mucho mas que una amiga, ha estado siempre a nuestro lado y se ha convertido en parte indispensable de todo esto. Todos hemos discutido con Maialen, hemos reído o hemos hablado de algo trascendental con ella. Y es que siempre está ahí, para lo bueno y para lo malo, como pocas.
Creo que muchos de nosotros la echaremos de menos, y que sentiremos como si nos faltase algo nuestro a partir de mañana. Seguiremos por aquí, algunos cojos y otros mancos, pero seguiremos. Porque hay que quedarse con lo vivido, con los buenos recuerdos y los buenos ratos. Me acabó de despedir, de ella y de Naome, los tres en el corridor. Justo como todo comenzó, al menos para mi, hace algo más de cinco meses. El círculo se cierra.
Son las 4:48. The show must go on.

1 comentario: