domingo, 16 de octubre de 2011

Linköping, once again.


Ha sido un revival completo. Bastante completo. Siempre te dejas algo por hacer, por volver a ver, o por volver a comer. Pero seis días dan para lo que dan, y siempre queda algo pendiente. Si no no tendríamos excusas para volver. Y yo sé de alguno que estará algún año más por aquí y que seguro que agradecerá alguna visita más.
Linköping no ha cambiado nada. Nada. Pero por muy contradictorio que suene, nada es lo mismo. HG es igual, pero la gente no tiene nada que ver. Las kravall siguen mereciendo un post, pero son muy diferentes. Y el centro de Liköping está como siempre, pero te hace sentir extraño. Ah! El tío que te sirve el värmkov de las 3 de la mañana sí que ha cambiado, se conoce que el jefe ha delegado.
Todo es igual y todo es distinto. Es todo una avalancha de recuerdos que te supera y que cuesta abarcar: aquí es donde este dijo esto, preparo aquello o lío lo otro. Los sitios no son sitios por si mismos sino por lo que viví en ellos, y me consta que no soy el único que lo ve así. Cuando llegas al parking de Plata empiezas a ver, y digo bien: a ver, muchas de las anécdotas que vivimos allí. Desde el maquillaje express de la noche de Halloween a la épica bajada de pantalones de Javi a la vuelta de España aquel jueves antes de entrar. Y es que no es poco lo que vimos en aquellos lugares.
Y es que gusta pero cuesta volver. La sonrisa de volver a ver las barbacoas de Ryd se enfrentan a la realidad de verlas vacías, o llenas de extraños. Ese momento relax del café en el Karallen pierde gracia cuando sabes que no va a aparecer nadie para unirse. Pero una cosa sí que se consigue, y es el volver a pensar en todos, en todos y cada uno de los que dieron forma a aquel año. Además de reafirmarse en la idea de que intentar mantener lo construido en pie merece la pena. Porque un año da para mucho.
Hoy he vuelto a escribir. Lo he vuelto a hacer a las tantas de la mañana (el reloj del ordenador dice que son las 3:56), lo he vuelto a hacer borracho y a la vuelta de fiesta. Y en una habitación de corridor, como siempre lo hice. NH ha vuelto a dar la talla como colofón a un viaje lleno de contrastes. Como este post.

1 comentario:

  1. Ssssnifff, sssniffff, jo me pasa a mi al leerlo y solo estuve la mitad de la mitad, y ahora mira deseando de inagurar mi casa para teneros a todos cerquita. sssnifff. GRANDE ANDER!!!

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